lunes, 20 de agosto de 2012

El dinosaurio.


Todos querían un perro como primera opción, de no ser así, peces, pajaritos o hasta un gato valdría para contentarlos, pero  Yeni no participaba en esta demanda generalizada que ponía patas arriba el lugar, ella contemplaba desde su banco, tranquila, sabiéndose  dueña de un deseo único, de una petición absurdamente creativa, inverosímil, arriesgada y digna de sus 5 años, ella sabía que dejaría a todos pensativos, dudando de la posibilidad real de complacerla, y eso dibujaba una sonrisa de pícara satisfacción en su rostro rosado-achocolatado , el helado que comía ,creo  ese era el sabor. 

Pues nuestra  Yeni quería un dinosaurio, uno pequeño,  preferentemente verde, creo que le gustaba ese color, por esos días comenzaba a asistir a la escuela y aún no tenía compañerito en la mesa, y quería compartir puesto con su dinosaurio, por eso lo quería pequeñito, le preocupaba que no le sirvieran los uniformes, o que sus pequeñas patas delanteras no le ayudaran a poner su nombre en el componedor, pero ahí estaría ella, inseparable y atenta a sus necesidades, se veía compartiendo la manzana que solía llevar, los dinosaurios comen manzanas?.. se preguntaba sin encontrar respuesta, bueno... ya se lo preguntaría,  pensaba también en lo divertido que sería por fin tener quien la empujara en el columpio del patio de su casa, Yeni no tenia hermanos y sus padres tenían poco tiempo, siempre haciendo cosas de mayores. 
Por las tardes, después de la escuela, irían a montar bicicleta por el camino viejo, que está lleno de baches, pero no pasan carros, y con algo de suerte, y quizás cargando a su amigo en los hombros, la mata de guayaba ya no sería tan alta para Yeni, también podría dormir en su cuarto, los demás niños les temen a los monstruos que viven debajo de sus cama, o en el closet, pero ella tendría un di-no-sau-rio, ningún tenebroso personaje se atrevería a meterse con ella, todo eran ventajas. Los fines de semana, ella y su amigo irían a la casa de su tía Sonia, que en realidad no es su tía, pero vive cerca y le dice sobrina, y que además, después de su mamá, es la persona favorita de Yeni, porque le regala paleticas de helado que ella misma hace, se le pondrán fríos los dientes a los dinosaurios como le pasa a ella?

 Profundas reflexiones para una cabecita llena de rizos de 5 años en su primera visita al nuevo Parque de los Dinosaurios de la Habana,  ya estaba decidido, tendría un dinosaurio y no permitiría que le dijeran  mascota, seria amigo, su amigo, solo faltaba buscarle un nombre, ya eso lo pensaría en el camino a casa, aun faltaba bastante para que aquella gigante que acababa de ver en un nido de huevos también gigantes… tuviera sus primeros bebés.

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