jueves, 7 de diciembre de 2017

Sábados



El sábado es un buen día para verlo llegar entra copas, rodeados de amigos de ser posible, a mis amigos justamente les pregunté su criterio al respecto, y como panda de faranduleros que son dijeron algunos que es un buen día para no despertar especialmente temprano, para hacer o mejor que te hagan un buen desayuno y comerlo en la cama, para andar con la ropa andrajosa que solemos usar en casa que tan bien nos hace sentir, para ver un maratón de series o películas clásicas con tu pareja, para cocinar como se pueda alguna receta que llegue a ser del agrado de los amigos, y disfrutar de los elogios.
 El sábado es un buen día para irse de playa,  jugar al fútbol, ver todo el fútbol que pongan,  organizar libreros caóticos, lavar los zapatos, caminar por Obispo, el sábado es un excelente día para ir a ferias, cines,  exposiciones de arte, hamburgueserías recién inauguradas, es un buen día para hacer poninas para vinos, y tomarlo en la terraza o en algún sitio sombreado al aire libre, preferentemente al compás de Kelvis, Interactivo, Sabina o Formell y sus muchachos.
 El sábado es un día estupendo para estrenar, para lucir fantástico, para pintarse los labios, para probar los efectos en un Submarino Amarillo, en una fiesta de amigos, en un bar de moda, en cualquier Casa de la Música, o en un tour por todos ellos de ser posible. El sábado es un día maravilloso para amanecer templando y esperar el domingo repitiendo todo lo que se pueda, aunque esta idea no está limitada  solo a los sábados, siéntase libres de transgredir. El sábado es un día de puta madre para no tener planes definidos y a la vez estar dispuesto a aceptar propuestas de toda índole, porque el sábado es, sin duda alguna, un buen día para casi todo.

Este próximo sábado 9 dic, a las 8 de la noche, en el mismo lugar donde  los Rolling nos dejaron a rockeros y no rockeros con la boca abierta y el corazón henchido de admiración, se anuncia un megaconcierto de dos orquestas de salsa fundamentales en la música cubana, Van Van y Revé juntos, promete ser el paraíso del bailador de casino, de la cubana culona, del mulato sudao, del Yuma haciendo el ridículo, del polvo, de la cerveza difícil, de la molotera asegurada, del policía malencarado, del regreso a casa complicado. Como plan general sé que suena discutible, pero como la salsa no se discute, sino se baila, se siente, se vibra con ella, y como 25 pesos cubanos no me van a llevar a la miseria ni a sacar del subdesarrollo, aunque debería ser gratis el evento, lo tengo anotado en rojo para la noche, ya veremos cómo completo el resto del día, invitados quedan.