martes, 11 de abril de 2017

Plan Estratégico hasta 2030



Cuando llegan los 30 el mundo espera cosas de ti sin importar si tú mismo estas en condiciones de asumirlas, implica que la época de rebeldía ha quedado atrás y la madurez está tocando la puerta. Se espera por ejemplo que seas un tipo serio, enfocado y centrado todo el tiempo, las bromas, las risas, las equivocaciones, el derecho a fracasar, lanzarte de cabeza en los ríos, sentarte en la esquina con los socios,  la libertad de pensar en boberías o reírte de ellas si te da la realísima gana ya no debería ser parte de tu comportamiento, a lo que respondo: me niego. Me niego porque todo el que me conoce solo podrá decir que he sido tremendo, mal hablado, cuentero, bailador, desorganizado, intranquilo, siempre dispuesto a reírse a costa de las tonterías de  los demás y feliz , y como eso me define no voy a dejar de serlo, he dicho.

También se espera que tengas resuelto tu presente y muy claro tu futuro. Me niego, y lo hago porque vivo en Cuba, no me puedo dar esos lujos, me despierto pensando en cumplir mis tareas del día, planifico no más allá de la semana que corre, en abril no suelo pensar en vacaciones, quizás solo en flores. Tengo aspiraciones, no lo niego, pero son alcanzables, las pequeñas victorias a la larga suman más y mejor, también ayuda estar complacido con la vida que tengo, ganada, no heredada. 

A los 30 DEBES haber encontrado a tu pareja y estar en plena construcción familiar. Me alegra dormir a pierna suelta por el hecho de no dar por sentado que lo que tengo es todo lo que puedo alcanzar, está, es maravillosa, pero no me quita el sueño pensar que mañana pudiera no estar. Puedo, a espalda recta, reconstruir en oro y piedra, por el simple hecho de estar vivo, sano y libre de intentarlo.

Por tales consideraciones y asumiendo toda consecuencia de mis actos, resuelvo: viraré para la casa pasadas las 3, seguiré buceando, defenderé al Madrid,  no me olvidaré de los diálogos de Elpidio Valdés, jugaré en el teléfono, me enamoraré, lo intentaré en un karaoke muy borracho, valoraré el tatuaje, complicaré las cosas, seré un monstruo en la kisomba, seguiré estudiando cosas, aprenderé a cocinar, minimizaré remordimientos, usaré alguna vez protector solar, acumularé más recuerdos y menos cosas, elegiré mejor a mis amigos, correré una media maratón, veré un partido de fútbol en las gradas de un estadio de primera, seguiré escribiendo, me cuestionaré cosas, daré explicaciones, pediré disculpas y nunca me confesaré. No son planes, es la manera que encontré para vivir mi única vida.