martes, 31 de enero de 2012

OMNIUM CUBE URBIUM EXIGUA TAMET, SI TEMPORE PRIMAS FERENS


Hablar de lo que conoces como nadie y amas como pocos es muy fácil, quizás por eso escribir estas líneas  me ha resultado tarea sencilla. Tal parece que las palabras ya estaban destinadas a colocarse frente a mí en el ordenador y dar forma a esta suerte de tributo a mí pueblo.

Así se me devela Nuestra Señora de la Asunción, la perdida en el tiempo, la cuidad paisaje, la tierra de  Cayamba, la de las siete mentiras y la mas paradisiaca de las ciudades cubanas que he disfrutado, Baracoa, mi vieja Baracoa de los 500.  La que enamora a propios y a extraños y de la que nunca he escuchado hablar más que palabras de franco asombro por su inigualable belleza y calidad humana  de sus moradores. Mi ciudad es fácil de ubicar, está  allá, en la esquinita, lejos cantidad, casi en los lindes de otra nación, allá donde si no es en avión llegas muerto, y cuando lo haces necesitas 2 días para recuperarte y  coger el ritmo.

Sorteada por ríos y cantada por poetas, Baracoa te da la bienvenida por una de las obras arquitectónicas más impresionantes de los últimos 100 años en Cuba: desafiante, peligrosa, coronada por curvas de vértigo, inundada  por comerciantes ¨aparecidos de la nada¨ y  paisajes sobrecogedores, se alumbra de luz natural y nada tiene que ver con lo que sugiere su nombre. Puedo aún desde la distancia cerrar mis ojos y ser capaz de seguir al dedillo cada una de sus curvas, ahí me hice niño y hasta adolecente, ahí perdí a una fiel compañera de travesuras, Lasie, una flaca revoltosa que era todo amor ,compañía y pulgas.  La Farola es la última prueba para llegar a la Villa para aquellos que quieran intentarlo.


Famosa por su clima húmedo y sus abundantes y caudalosos ríos, quizás el más representativo sea el Miel, en cuyas riberas cuenta la leyenda que vivió una india que de sus lágrimas brotaron sus primeros cauces,  de la cual un navegante quedó prendado y jamás pudo izar velas. Por eso dicen que cuando te dejas querer por las aguas de este río, no te vas nunca o al menos vuelves  y es muy probable que te cases en esta mística tierra. En ese río aprendí a nadar, hice mis primeros amigos, escuche hablar por primera vez del Güije del charco de la Laja y mi mamá lograba darme la comida completa cuando en otro lugar parecía sencillamente imposible de lograrlo.

Considerado al menos por mí como la Torre Eiffel cubana, omnipresente en cada reportaje, fotografía o simple alusión que pretenda ser buena, ahí está, cuidando de la Bahía del Porto Santo, nuestro Yunque, majestuoso e invariable por el tiempo, guardián de las más bellas cascadas y  justo Monumento de la Naturaleza.

Una vez allí, con unas gafas y ropa cómoda basta para deleitarse.  Tradicional, histriónica, carnavalesca, calurosa e intensa serían  justas palabras para referirse a ella, alguien escribió en alguna ocasión que Baracoa no está en la ruta de nadie, pero; ¿ porqué a todos los que cuento que ahí nací me preguntan cuando los invito?, pregunta de fácil respuesta: sus comercios, sus playas, sus legendarias fiestas nocturnas ,su Kiribá y su Nengón,  su comida tradicional , sus calles llenas de transeúntes todo el día, su agua de coco, su cucurucho o su  chocolate maravilloso han volado de boca en boca y ya no es mi Baracoa un lugar olvidado por el tiempo, todos quieren conocerla, disfrutarla o llevársela en fotos o en collares.

No en vano ese genial escritor que fue Alejo Carpentier tuvo un espacio en su novela ¨La consagración de la primavera¨ para alabar las bondades de esta tierra,  donde sus hijos son lo más orgullosos de serlo, donde si vas de vacaciones, los días te parecen pocos, donde te asombras de ver cuán desprendida es la gente humilde, donde te dicen hermano en la calle  y las abuelas dan una pela, donde el dinero es plata , donde el bote es cayuca , donde la gente se ripea como un yarey, donde el plátano fruta es guineo maduro, donde la gente regala choncholí blanco ante lo increíble, donde las compran llevan ñapa  y cualquiera te invita a un trago de café. Por eso donde quiera que exista un baracoense disperso por el mundo, allá ira con él un pedazo de esta tierra, porque es imposible desprenderse, porque es imposible conocerla y no enamorarse perdidamente, porque sencillamente es imposible olvidarla.

*OMNIUM CUBE URBIUM  EXIGUA  TAMET, SI TEMPORE PRIMAS FERENS (De todas las ciudades de Cuba, aunque pequeña, siempre será la primera en el tiempo)

jueves, 26 de enero de 2012

Tus huellas sobre mi arena


"Tus huellas sobre mi arena"

Aquellos pies muchas veces pasaron frente a mí, pero siempre iban en una dirección donde los míos los perdían de vista, donde los míos tenían que conformarse con ser testigos mudos de su paso. Pero aquella tarde, así como ocurren las mejores cosas, así como por al arte de suceder que tiene la magia, como sin merecerlo, así como piropo en boca de mujer, sin darme cuenta apenas, los vi llegar por la arena.

Venían sosteniendo un cuerpo triste y un par de ojos apagados que una vez fueron faro, Morro y toda la colina,  ojos que miraban solo el camino andado, ojos que temían mirar más allá de la sombra del cuerpo mustio que acompañaban. Mucho llamó mi atención las huellas que iban dejando, aunque pequeñas, ni siquiera las olas que los golpeaban lograban borrarlas, eran demasiado profundas hasta para el mar, eran pies de Alicia. Allí también estaban los míos, feos y desgastados de trotar un cuarto de estos siglos, aún aventureros, aún descubridores, aún conquistadores y colonizadores, eso sí. Que orgullosos se sentían, tenía que ponerme fuerte con ellos, parecían sentirse energizados por una colonia de hormigas al ataque, solo querían bailar porque aquellos otros, tantas veces vistos, que hoy por fin levantaban la cabeza frente a ellos. Por fin aquellos, los magníficos, llegaron justo en frente, y se miraron y se sentaron a contar historias, y tomaron té y bailaron tanto que se quedaron dormidos unos sobre otros, y fue bueno. Pero aquellos, a los que apenas había comenzado a conocer, se quitaron el polvo y continuaron la marcha nuevamente, y de a poco se fueron haciendo más pequeños, y necesitamos poner la mano sobre los ojos para distinguirlos en la distancia. Y cuando comenzaba a darlos por perdidos, se detuvieron y los míos movieron la cola de la esperanza, pero solo fue para decir ADIOS. Los míos quedaron tristes, pero aquellos ahora sostenían unos ojos que miraban diferente, algo había cambiado.

miércoles, 25 de enero de 2012

El cordal de la discordia


Miembros por definición de nuestra batería dental, fieles  escuderos del final del camino, a veces llegan tarde o en el mejor de los casos nunca llegan, pero una vez establecidos comienzan su lucha territorial y expansionista, en dirección al Río Bravo o a la rivera del Manzanares, no importa a dónde, la idea es joder.
Conozco un cordal, tipo simpático él,  que usualmente acompañan a una chica, el personaje en cuestión creció en el barrio, jugó con los demás, comió del mismo pan y hasta se atrevió a doler de vez en cuando, nada diferente a los amigos de su edad, hasta que un buen día decidió que sus amigos eran fiñes, que el parque dental donde jugaban era solo para él y se enfrascó en apartar de su lado a sus compinches, estos últimos cayeron de bruces, unos contra otros, feo espectáculo era ver aquello. Un buen día se reunieron los implicados para buscar una solución al problema, este se salía de los límites permisibles, presidía la lengua por supuesto, al final estaba en medio del problema, le tocaba, propuso una voz que se le atara con alambres, algunos estaban de acuerdo y la mayoría pensaba que sería insuficiente. Siguieron apareciendo criterios pero ninguna solución parecía dejarlos satisfechos, otro propuso atarlo a un cepo de brakets, brillante idea que además  ¨se usaba¨, le daría un toque sofisticado y hasta moderno a la muchacha.  Pusieron manos a la obra y en un lugar muy lejano recibió el hombre de Hojalata un sms en su celular: necesitan sus servicios.
Con armadura nueva y reluciente se atrincheraron para enfrentar al malhechor, cada vez más poderoso y prepotente, y ahora no estaba solo, en la acera de enfrente se había mudado un nuevo compañero de andadas, tan aguerrido y molesto como él. Ambos hacían una pareja envidiable a decir verdad, eran los reyes de las calles blancas. Las defensas adoptadas aguantaron como muros de Troya por un tiempo, pero fue imposible no ceder ante tan poderoso adversario, había llegado la hora de tomar medidas drásticas, había que llamar al señor asesino de dientes; esto último lo dijeron bajito, casi en un susurro, mencionar su nombre era peligroso, ya habían perdido algunos amigos años atrás cuando intentaron enfrentarse a él, pero era el único capaz de terminar con  el problema ¨ de  raíz¨. Entre todos lograron capturar a nuestro amigo el cordal y ayudados por unos vecinos dispuestos, Mrs. AGUAconSAL, la señorita BEN-ADRIL-INA, de la península arábiga parece y otros amantes de la aventura, se dirigieron a la cueva del asesino, llena de cruces rojas y olor a hospital, después de esperar por casi 2 horas infernales a que el turno de morir en la silla le llegara y viendo como salían caras con cadáveres ya hinchados donde antes vivieron otros gamberros como el nuestro , pudimos ver de cerca su hora final. Todo estaba listo: la luz sobre la cara sorprendida y adolorida de la chica, las sierras eléctricas y demás armas de torturas puestas en compactas filas de combate listas para tomar parte en la batalla , porque sería una batalla sin lugar a dudas, que cual campaña Napoleónica ganaría el mejor estratega, el más decidido a luchar por imponerse. Cuando sonaron las trompetas y fue llamado a filas la General de traje blanco, cómplice habitual del asesino, sucedió algo increíble, algo que daría un giro imposible de prever, algo que cambiaría la historia de esta historia, en  la cueva del asesino… se fue la corriente!!!.

Premisas


No pretendo reinventar la rueda ni robar premios a Galeano, apenas crear un espacio donde mis amigos puedan llegarse y echarse unas risas sin necesidad de hacerlo en voz baja, donde puedan fumarse un canuto de poesía los que fuman, donde los  que tienen el talento escondido al final de su cuaderno liberen los demonios de sus ganas. Están en su casa, entren y siéntense donde gusten, pónganse cómodos y cómodas, recórranla, descúbranla, mejórenla y por favor, no se vayan sin cambiarla.