Capítulo 1. Calentando el día…
El díaDcomenzó varias horas
antes, utilizoD porque he visto utilizarlo cuando de algún día importante se
trata, referencias de la literatura belicista americana debe ser, pues bueno,
después de una noche de intensos sueños con un lugar que ya mi imaginación
conoce incluso antes que yo, infinitos chequeos a relojes al parecer empeñados
en no avanzar y la auto-sugerencia de no desesperarme ya que sin dudas en algún
momento amanecería, como suele suceder cada día, transcurrió la noche antes.
Al fin se hizo la luz y no fui
capaz de despertarme solo, es lógico, no había dormido nada en toda la noche anterior,
fue necesaria la intervención de mi mamá, más nerviosa incluso que yo. Una
buena, extensa y fría ducha como para no olvidar las raíces fue el inicio, un café
(del bueno, sin mezclar, el de las visitas importantes) y un desayuno
perfectamente confundible con un típico almuerzo reforzado (BISTEC, ARROZ,
ENSALADA, BATIDO), juzguen uds... El problema es que ¨la acción ¨ comenzaba sobre las 2:30 pm,
debía tener el estómago reforzado para la larga espera, locuras de mi mamá que
luego demostraría su capacidad estratégica, previsora y visión a largo plazo.
Finalmente llegué a ¨ la
ubicación ¨ 5 horas antes de que comenzaran los acontecimientos, ilusionado, oloroso,
risueño, con expectativas, como todo buen principiante en estas lides, pocos
minutos duraron mis buenas ganas, los que deciden han decidido aplazar ¨el
suceso¨ hasta las 23 horas, casi el día D+1.
Llegan rumores que seremos
trasladados hasta una nueva locación hasta cercana la hr... eso pasa cuando tienes
que volar en Cubana de Aviación no importa el destino dentro o fuera de nuestro
querido país, todo es posible, debes estar listo para los cambios más
increíbles, los horarios menos respetados, la paciencia se vuelve una virtud
imprescindible en estos casos…
Capítulo 2. Habana por la libre...
Siempre he pensado que a las
personas buenas le ocurren las cosas buenas, mi defensa a ultranza de nuestras
vilipendiada línea aérea comienza a darme la razón, nuestra ¨nueva ubicación¨
es un famosísimo recinto ubicado en el corazón de La Habana moderna , símbolo
de la aristocracia before-revolucionaria, inspiración para novelas de espionaje
tropical, lienzo gigantesco para Amelia Peláez, punto de descanso en su peregrinar por los
desechos de la Habana de los ¨cóndores de la Sierra Maestra¨, cariñosamente
conocidos por los cubanos como Auras Tiñosas, como ya podrán estar adivinando,
este cubano, nacido en Baracoa, que amaneció en su modesta cama de un barrio de
la Lisa, tendría así su primera habitación en el Habana Libre Trip, aún no me
lo puedo creer, entré rápido, no quería que ninguno de mis amigos universitarios
q merodean pudieran pensar que había vendido mi alma al diablo por semejantes
lujos…
Señor, tenga su llave, (piso 8
del Habana Libre, no olvidar!!), después de 25 minutos preguntándome por qué no
había fluido eléctrico en mi habitación y negado a pensar que mi pequeño
paraíso cercano a las nubes sufriera de apagones, un alma caritativa me explica
que la misma llave electrónica de la puerta hacia funcionar todos los demás
sistemas, fui presa de la candidez inherente a los primerizos en lujos como yo,
debe ser la falta de costumbre, ese tipo de cosas debería estar incluida en el
programa educacional…
Intentar describir como luce La Habana
desde aquí puede resultar demasiado para mis modesto recursos literarios, estoy
acostumbrado a girar el cuello hacia arriba cuando paseo (siempre de día) por
23, nunca a mirar a mis semejantes desde esta altura. La Habana es
misteriosamente atrayente, como mujer prohibida que se presenta en todo su
esplendor, a la que vas desnudando con la vista, que haces pequeñas paradas en
sus imperfecciones , porque es maravillosamente imperfecta, sigues moviéndote a
su ritmo, escuchas su voz que tiene miles de
tonos diferentes, que sabe a mil sabores, que huele a salitre, que luce vivida,
que invita a poseerla en un largo ritual del que ahora mismo soy incapaz de
desprenderme como buen adicto a la belleza que entra a torrentes por mis ojos
desde este sitio, tachado de mi lista de cosas por hacer desde hoy.
Capítulo 3. En el aire
Los trámites aeroportuarios
siempre son interesantes al menos para aquellos principiantes como yo, después
del rutinario chequeo de equipaje siempre con la idea de que pese mucho menos
que al regreso, rezos interiores para que en tus papeles no encuentren ningún problema
de última hora, miradas serias a las cámaras de seguridad, y el constante
baboseo de los perros sobre tus pertenencias, que dichosea de paso son un
encanto hasta que se detienen frente a tus maletas, mueven la cola y ladran
como locos, ya ahí la cosa se pone un poco más difícil sin duda alguna. Una vez en el salón de última espera ya estás
en tierra de nadie, ni de aquí, ni de allá, y es bastante difícil que te viren.
En cualquier momento la archiconocida vocecilla anunciará la puerta por la cual
abordaras la aeronave, el tubo de aluminio, el reparador de sueños, el único
ruso que aún trabaja para los cubanos etc... En Cuba somos muy de nombrar de
muchas maneras diferentes cosas que significan lo mismo, y de ese tema se ha
filosofado bastante. Perfectamente calculados los pasos para abordar justo con
el pie derecho, los tres toques sobre el fuselaje y los ruegos a Jesús y Changó
para que se hagan cargo desde este punto, son básicamente la antesala de vuelo,
de ahí: despegue, sueño, refrigerio, más sueño, luces que crees saber de donde
son, aterrizaje y comienzo del deslumbramiento.
Capítulo 4. Allá
Diariamente llegan a Cuba casi
por todas las vías de comunicación existente torrentes de noticias de toda
índole procedentes de la República B. de Venezuela, algunas mejores que otras.
Cuando te comunican que has de visitar el hermano país llegan las sugerencias por todos lados en
aras de hacer tu estancia más placentera, comienzas a averiguar sobre sus
cambios de monedas, precios de todo lo imaginable, te quitas cadenas, relojes, dientes de oro,
celulares inteligentes, acumulas correos y números de teléfonos de primos,
vecinos, primos de los vecinos que ya están allá y pueden ser necesarios en
algún momento, información generalmente útil para agilizar la aclimatación al
nuevo y tan diferente entorno. Obviamente con esos truenos llegas predispuesto
al punto que te da miedo hasta que te miren. Afortunadamente puedo decir que el
venezolano común, citadino, moderno, es muy parecido al cubano, descubrí una
amabilidad ilimitada, humildad, son comunicativos
y más serviciales de lo que el mundo conoce, son atentos, educados, tienen
reglas, escuchan rock de los 70, son talentosos, saben divertirse, son como un
diamante apenas exponiendo la punta ante el mundo, que con esfuerzo y mucho
honor han levantado una revolución de donde no era posible, aman a quienes los
defienden, son agradecidos, miran al futuro sin complejos, cantan y bailan
aunque no se les dé bien, y tienen
merecida la fama de tantos títulos miss universos porque tienen belleza
femenina para exportar, no importa si es natural o bellamente adornada con
silicona, además dicen que sabe igual.
Capítulo 5. El Regreso
Es difícil explicar y que se
entienda exactamente lo que se siente cuando no se ha vivido. Cuando el piloto
del TUPOLEV TU-204 anunció: estimados pasajeros, en breves minutos estaremos
aterrizando en el aeropuerto internacional José Martí de la Habana, sean
bienvenidos a la patria… no jodas!!! Te aguantas fuerte a los brazos del
asiento, quieres ver a tus familiares aún desde el aire, se te atraganta el
refrigerio, hablas y te felicitas a ti
mismo por lo bajo, escondes la mirada para que no se note el torbellino
de sensaciones que ahora mismo te consumen y hasta un sollocillo indiscreto se
escapa con facilidad.Regresar a casa, con sus defectos, imperfecciones, lucha
diaria, incomprensiones, carencias, desconexión y cuanta cosa nos dificulte la vida, vale la pena sin duda alguna, mi cama es la más
cómoda, los frijoles de mi mamá mejores
que cualquier manjar extranjero, mis amigos los mejores y las mujeres cubanas,
aún sin silicona, las más encantadoras del planeta.
Inmensamente feliz me siento esta noche al leer en la soledad de mi cuarto tus construcciones, se que arrepentido no estas de ninguna de tus palabras, se que valio la pena cada desdicha, se muy bien incluso de primera mano las mil y una advertencia que debiste escuchar, (tambien he surcado cielos ajenos).
ResponderEliminarMas, aqui en mi pequeña Venezia, toda penuria se anulaba. En tu mirada aquella noche vi como adormecido luchabas para seguir escuchando mi canto, respetando cualquier interpretacion, aunque es necesario, aclaro, no fue mas que una conversacion de amigos que se estrenan hasta lasgas horas del reciente dia.
Si... Mujeres bellas, y de mucho pensar antes de actuar... coronamos el mundo y el universo pero nada se compara con el acto de colonizar corazones: a las buenas, con la mirada, con la humidad, con la risa, con los libros. Gracias, por dejarme entrar en su pequeña Cuba a traves de su compañia. en especial a ti.