A
veces vengo solo al malecón (siempre de día) y me siento a observar, este sitio
tiene el encanto de que no necesitas nada más para sentirte dueño de tu pedazo,
tienes una interminable llanura azul que puede ser confesora silenciosa de tus
pensamientos, que no te juzga y siempre está disponible. Medito sobre la
paciencia mientras observo el constante repique de las olas sobre las
carcomidas rocas, hasta la estructura más dura cede ante el envite de una idea,
de un deseo, toda conducta es modificable, no siempre a favor de nuestras
necesidades, pero modificable. La gente pasa, se besa, habla sola, se promete
momentos, uniones, se comparten silencios, la gente mira a los lejos queriendo
distinguir a aquellos mas allá del mar, pero de esos ya escribí una vez. El
muro va llenándose de parejas, comienzo a desentonar sentado aquí con estas
líneas entre las manos, sonrío imaginando cuan desgraciado puedo verme desde
los ojos de aquellos que no saben que suelo llegar temprano a las citas.
Desentona, imagina, prueba a esperar. Y espera. Indira.
ResponderEliminarTan raro como apreciado su mensaje querida amiga, besos.
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ResponderEliminarSolo he esperado 1hr por una sola persona, y ha valido la pena..pero no creo q repetiria. Saludos musicales
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