Con tantos palos que te dio la vida y no te cansas de decir
te quiero. Así termina un poema que me gusta mucho, va de no rendirse, de
aceptar la vida con sus imperfecciones, de sentir fuerte, de saberse dichoso de
sentir, no importa qué incluso, pero sentir. Pero sobre todo de volver a
comenzar, siempre, de nuevo, una vez más, always; de pensar siempre que este es
el penúltimo amor y cuidarlo como si fuera el último, tener la seguridad de que
mientras estás vivo hay posibilidad, que los surcos trazados por la vida no
importan, que esta en sí misma no es perfecta, que ahí fuera, a veces mas lejos
de la cuenta, pero también cerca, entre la muchedumbre late una posibilidad y
que tú también eres una posibilidad para esa otra persona. Las emociones no
decaen con los años, incluso las alegrías se disfrutan más en lo profundo.
Siempre es buen día para decir que si, para retomar proyectos, para desempolvar
sonrisas, para perdonar actitudes, para tomar de la mano, para mirar al mismo
sitio, para prescribir un beso.
Feliz cumpleaños mi Breca...
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