Porque no sabía vivir sin besar le llamaban todos picha brava, pero el
besaba para recuperar los besos que le faltaban, porque no sabía de tiempos,
momentos o espacios le llamaban todos insolente, él vivía sin anclas al futuro,
seguro solo de que para vivir había que hacerlo en presente, por llamarle tanto pan al pan y al vino vino,
la gente terminó por pensar que de tanta sinceridad, ser crudo con él era el
único camino, y aunque nadie daba un duro por él, más de una sonó que llegar al
final del camino solo era posible, si era con él.
Porque en su vida era muy
habituales historias de punto y seguido, compases, silencios y ruidos, más de una no acepto bailar, y tuvo que irse al
final, sola y sin mojar su vestido, porque
no quiso ser estatua de sal más de una lo llamo culo inquieto, aparentaba ser
un tipo normal, pero siempre se guardaba un secreto. Jugó a ser el capitán de
navíos hundidos antaño, y no hubo de escribirle al Coronel, ni de Soledad padecer
cien años, pero entendió que en batallas perdidas no vale la pena arriesgar la
cabeza, la espada o la hombría, y por lema de vida asumió no perdonar los
engaños, no amar con cobardías.