¨…a tu cuarto le falta algo,
dijiste irreverente, sin mi consentimiento, sin pedirte criterio, a pesar del
nuevo cartel que cuelga de la puerta, como retándome a pensar de qué manera me las
arreglaría para hacerte encajar en mi espacio, como haciéndome notar que aquel
era lugar para ser compartido. No pude más que darte la razón, completamente de
acuerdo estoy. Podría establecer ciudadanía en mi cuarto y limitar
mis fronteras al alcance de tus besos si tú fueras parte de él, podría olvidarme
de que hay un mundo afuera del que soy parte, podría alimentarme de tu
olor, podría encerrarme contigo y botar la llave, podría
componer con las notas de tu cuerpo, podría cometer delito con tu
labios, podría tantas cosas...que me quedo mudo de quererte, que me quedo
indefenso de pensarte, que me quedo inerte...