lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Besos o Abrazos?



Galeano comienza el Libro de los Abrazos, diciendo que recordar proviene del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.  Ay corazón de mis suspiros, cuantos problemas me traes últimamente, pero te agradezco que me recuerdes que estas ahí, que necesito darte trabajo, que llenar de sangre mi cuerpo te aburre sobremanera,  por eso y por aquello que sabemos, te invito a reflexionar, a darle continuidad a aquella conversación, aquella que nos dejo la interrogante sobre que era más intimo, un beso o un abrazo.  Hagamos un ejercicio sencillo, recordemos. Cuando nos besa, podemos ser o no ser, cerramos los ojos la mayor parte del tiempo, solo lo abrimos para estar seguros de que no soñamos, que ella esta parada justo ahí, que estamos respirando el mismo aire los tres, que esos pequeñísimo mordiscos que electrizan, esos, deberían ser penadas por ser demasiado buenos, momento este en que invitamos a entrar a los olores, que acompasas tus latidos con los de ella… no me mires así corazón, tienes razón , no son solo así los besos que le damos, también están los desordenados, los que buscan impactar no importa donde, los que duran ráfagas, los que son como dice ella, porque nos da la gana, porque tenemos cerca un pedazo de su cuerpo y ya ese es buen motivo para besarla, sin necesidad de respuesta, sin necesidad de sonrisas, ni agradecimientos,  solo por el sencillo placer de sentirla cerca.
He hecho una pequeña encuesta entre mis amigos más cercanos sobre este tema, intentando descubrir cómo se manejan, parece una pregunta trivial, me han dicho algunos, pero tiene una respuesta de integrales triples, han dicho todos. Noto cierto tendencia a preferir los besos como muestra de cercanía, de intimidad, quizás temen a aceptar que sus parejas no son buenos o buenas besadoras(res), quizás ellos mismos no lo sean, quizás estén estereotipados e influidos, quizás no la conozcan a ella,  quizás solo respondieron sin pensar profundamente en cómo se sienten mientras abrazan o son abrazados, lo hará alguien? Alguien en ese momento se pondrá a clasificarlo? A predecir que puede significar? Espero que no, para eso existen blogs en la red que se dedican a escribir sobre ello. Al menos nosotros no hemos pensado nunca en eso hasta ahora, y estamos frente a una PC, nunca frente a una dama.
 Hemos sido abrazos por una dama de olores, primero nos pareció muy tierno, y respondimos como tal, todos juntos mostrando la alegría que producen las pelvis cercanas, los cabellos danzantes y bien perfumados, los brazos en el cuello, las palabras no pronunciadas, luego se hizo bastante más largo de lo ¨normal¨, que es lo normal en temas de abrazos?, dicen los encuestados que ¨DEPENDE¨ esa es siempre la primera palabra que nos sueltan, a los amigos, a las despedidas, a las llegadas, a las tristezas, a los reconocimientos, a los amores, a todos se les brinda abrazos diferentes, quizás sí que depende. Volviendo a nuestro abrazo, fue largo y obviamente por no entenderlo, quizás incomodo, y en este punto reconocemos que somos más de besos que de abrazos, o al menos lo éramos hasta escuchar su explicación, entonces fuimos más de abrazos, mil veces más de abrazos. 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Hablando de amores...



Hoy me pregunto si prefiero muchos pequeños amores o un gran amor en la vida, y como yo, creo que alguna vez, todos se han hecho esa pregunta. Me gustaría versar exponiendo y defendiendo mis ideas sobre los placeres de una sólida, duradera y mono vaginal relación de muchos años, con completo conocimiento de reacciones, respuestas, solicitudes absurdas y pretensiones de vida. De amores que sabes a qué hora van a dormir, y cuando es buen momento para despertarlos, de amores que por fuerza de la costumbre y el acomodamiento crees que no es necesario sorprender, porque es difícil encontrar algo nuevo que logre tal efecto, de amores que perdonan equivocadamente ese tipo de errores.De amores que van más allá de la persona y asume familiares, amigos comunes, mascotas y hasta vecinos allegados. De amores de los cuales eres capaz de recitar menú preferido, estado de humor según las horas del día, nombre, apellidos y apodos de los abuelos. De amores a los que dejas contarte mil veces el mismo cuento porque no recuerda si ya lo ha hecho antes, y eres capaz de contarlo incluso con más detalles de tanto oírlo, pero que sonríes y le permites revivir nuevamente la misma historia, solo por condescendencia, solo porque es esa persona que tanto significa para ti. De amores que no tienen una, sino ya mil canciones en común, amores que logran que pierdas tu capacidad de pensar en singular, amores que a veces quisieras tener poderes mágicos para hacer aparecer a tu antojo porque mueres de ganas de verlos llegar, porque es esa sonrisa que te arregla el día, porque es ese pelo que amanece enredado en tus olores, porque sabes exactamente donde besar para lograr lo que quieres, porque sabes cuándo callar porque va a ser sin duda alguna lo mejor. Esos son geniales y oscurecen el alma cuando ya no están, y puedes rozar la locura cuando los pierdes, y estas convencido que te falta un pedazo vital cuando se marchan y son sustituibles, pero jamás olvidables. Esos que siempre acecharan en los recuerdos y provocaran sonrisas que nadie más que tú entenderás.  Hoy hablo de esos, pero aun así, sé que tengo un amor aún sin estrenar, al que quisiera oírle decir que entiende mis señales.