Hablar de lo que conoces como nadie y amas como pocos es muy
fácil, quizás por eso escribir estas líneas me ha resultado tarea sencilla. Tal parece que
las palabras ya estaban destinadas a colocarse frente a mí en el ordenador y
dar forma a esta suerte de tributo a mí pueblo.
Así se me devela Nuestra Señora de la Asunción, la perdida
en el tiempo, la cuidad paisaje, la tierra de Cayamba, la de las siete mentiras y la mas
paradisiaca de las ciudades cubanas que he disfrutado, Baracoa, mi vieja
Baracoa de los 500. La que enamora a
propios y a extraños y de la que nunca he escuchado hablar más que palabras de
franco asombro por su inigualable belleza y calidad humana de sus moradores. Mi ciudad es fácil de
ubicar, está allá, en la esquinita,
lejos cantidad, casi en los lindes de otra nación, allá donde si no es en avión
llegas muerto, y cuando lo haces necesitas 2 días para recuperarte y coger el ritmo.
Sorteada por ríos y cantada por poetas, Baracoa te da la
bienvenida por una de las obras arquitectónicas más impresionantes de los
últimos 100 años en Cuba: desafiante, peligrosa, coronada por curvas de
vértigo, inundada por comerciantes
¨aparecidos de la nada¨ y paisajes
sobrecogedores, se alumbra de luz natural y nada tiene que ver con lo que
sugiere su nombre. Puedo aún desde la distancia cerrar mis ojos y ser capaz de
seguir al dedillo cada una de sus curvas, ahí me hice niño y hasta adolecente,
ahí perdí a una fiel compañera de travesuras, Lasie, una flaca revoltosa que
era todo amor ,compañía y pulgas. La
Farola es la última prueba para llegar a la Villa para aquellos que quieran
intentarlo.
Famosa por su clima húmedo y sus abundantes y caudalosos
ríos, quizás el más representativo sea el Miel, en cuyas riberas cuenta la
leyenda que vivió una india que de sus lágrimas brotaron sus primeros
cauces, de la cual un navegante quedó prendado
y jamás pudo izar velas. Por eso dicen que cuando te dejas querer por las aguas
de este río, no te vas nunca o al menos vuelves
y es muy probable que te cases en esta mística tierra. En ese río
aprendí a nadar, hice mis primeros amigos, escuche hablar por primera vez del
Güije del charco de la Laja y mi mamá lograba darme la comida completa cuando
en otro lugar parecía sencillamente imposible de lograrlo.
Considerado al menos por mí como la Torre Eiffel cubana,
omnipresente en cada reportaje, fotografía o simple alusión que pretenda ser
buena, ahí está, cuidando de la Bahía del Porto Santo, nuestro Yunque, majestuoso
e invariable por el tiempo, guardián de las más bellas cascadas y justo Monumento de la Naturaleza.
Una vez allí, con unas gafas y ropa cómoda basta para
deleitarse. Tradicional, histriónica,
carnavalesca, calurosa e intensa serían
justas palabras para referirse a ella, alguien escribió en alguna
ocasión que Baracoa no está en la ruta de nadie, pero; ¿ porqué a todos los que
cuento que ahí nací me preguntan cuando los invito?, pregunta de fácil
respuesta: sus comercios, sus playas, sus legendarias fiestas nocturnas ,su
Kiribá y su Nengón, su comida
tradicional , sus calles llenas de transeúntes todo el día, su agua de coco, su
cucurucho o su chocolate maravilloso han
volado de boca en boca y ya no es mi Baracoa un lugar olvidado por el tiempo,
todos quieren conocerla, disfrutarla o llevársela en fotos o en collares.
No en vano ese genial escritor que fue Alejo Carpentier tuvo
un espacio en su novela ¨La consagración de la primavera¨ para alabar las
bondades de esta tierra, donde sus hijos
son lo más orgullosos de serlo, donde si vas de vacaciones, los días te parecen
pocos, donde te asombras de ver cuán desprendida es la gente humilde, donde te
dicen hermano en la calle y las abuelas
dan una pela, donde el dinero es plata , donde el bote es cayuca , donde la
gente se ripea como un yarey, donde el plátano fruta es guineo maduro, donde la
gente regala choncholí blanco ante lo increíble, donde las compran llevan
ñapa y cualquiera te invita a un trago
de café. Por eso donde quiera que exista un baracoense disperso por el mundo,
allá ira con él un pedazo de esta tierra, porque es imposible desprenderse,
porque es imposible conocerla y no enamorarse perdidamente, porque
sencillamente es imposible olvidarla.
*OMNIUM CUBE URBIUM EXIGUA TAMET, SI TEMPORE PRIMAS FERENS (De todas las ciudades de Cuba, aunque pequeña, siempre será la primera en el tiempo)
*OMNIUM CUBE URBIUM EXIGUA TAMET, SI TEMPORE PRIMAS FERENS (De todas las ciudades de Cuba, aunque pequeña, siempre será la primera en el tiempo)