martes, 20 de enero de 2015

Aurora

Antes que rompiera definitivamente el día ya había despertado de tanto que esperaba, salióse de la cama como quien tiene prisas de vivir, ese no era el lunes negro que anunciaba la fórmula matemática, no podía serlo. Guardó sus olores de la noche, su calor de cama, y hasta las últimas miradas entre dormidas para Aurora, no sabía si era ese su nombre, pero sin duda alguna debía serlo sino, por lo bella que luce en las mañanas, por como ciega los ojos de quien se atreve a mirarla de frente cuando sonríe apenas despertar, por el olor a nuevo. Aurora no lo defraudó, allí estaba,  esperándolo, con tiempo para dos besos apenas, cuatro miradas fotográficas y dos sonrisas suficientes para renovar votos. Aurora estaba apurada como siempre, apenas tiene minutos para él, Aurora ya es grande y hace cosas importantes, pero hoy, estas dejaron de serlo para verlo llegar.