jueves, 3 de octubre de 2013

La Luna y tú


 Un día me desperté jurando que había ido la noche anterior a la Luna, algunos me tildaron de loco, falto de sueño,  consumidor de sustancias no consumibles. Otros más respetuosos se limitaron a mirarme como se mira a un P5 vacío o una tercera vuelta de pollo en el mes, era perceptible en su mirada su lastima por mis desvaríos, y la verdad es que mi experiencia lunar  era tan cargada de detalles, pero a la vez tan poco común que era difícil de creer.  La Luna siempre ha sido esa gigante solitaria, que sin luz propia ilumina a aquellos que se aventuran dentro de los encantos de la noche. Para polinesios, amazónicos, africanos y algunos cubanos representa a la diosa madre de la femineidad, algunos incluso la consideran un ser vivo que comparte sus tristezas y alegrías y que es capaz de controlar nuestros estados de ánimo. Una noche sin Luna estoy muy seguro que es mucho más triste, es posible que no salga, e incluso que demore muchos días más en salir esta vez, aunque quizás esté ahora mismo brillando para otros a muchos metros de aquí, hoy voy a tener la oportunidad de probar mi teoría. Quizás por eso estamos obsesionados con la Luna, es su carácter de mujer lo que inspira.
Dicen que la LUNA NUEVA ejerce energía positiva, que es momento propicio para comenzar empresas y declarar amores,  es momento de abrir las puertas para que entre un poco de magia en nuestras vidas, anoche era cuarto menguante, y no lo tuve en cuenta.
Lo más aconsejable es  conformarse con mirarla de lejos, porque una vez cerca, te atrapa en sus olores, en sus pronunciados accidentes  y aunque algunos digan que son manchas, cráteres... yo creo que son lindos ojos, pequeños, casi inexistentes, muchas veces tristes  pero que suelen brillar de vez en cuando, aunque tristemente duran lo que dos peces de hielo en un whisky on the rocks, por eso hay que aprender a estar ahí, porque yo que estuve en la LUNA, juro que es un instante maravilloso, irreal, que deja marcas indelebles. 
Pero la LUNA como todo lo real maravilloso tiene un lado oscuro, místico, incomprensible, que interrumpe los sueños sin razón, que desvela el alma, que desorienta porque borra los caminos, porque apaga nuestras velas, porque la LUNA aún no está lista para amar.